Para mí, mago es, sobre todo, compartir una pasión.
Más que enseñar cosas, el mago debe jugar con las emociones del público. La risa, la poesía, la sorpresa... que ambos compartimos.
Comencé a trabajar profesionalmente como mago hace más de 12 años y mi amor por los viajes me ha animado hacer representaciones en el extranjero. Presenté mi trabajo en más de 20 países.